Hacia el Polo Norte por el cambio climático



Expedición al Polo Norte: una hazaña para alertar sobre el cambio climático

Fecha de Publicación
: 06/04/2016
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


Desde que arribaron a Longyearbyen cinco días atrás -su última "base" de adiestramiento en el archipiélago noruego de Svalbard, situada a 1100 kilómetros de su objetivo-, nueve argentinos se aclimatan al frío ártico, practican maniobras de rescate en el hielo y ensayan otras de alto riesgo sobre grietas y ríos congelados para avanzar en su asalto final: conquistar el Polo Norte geográfico, hacer flamear fugazmente la bandera argentina y blandir, en un gesto simbólico hacia el cielo, la encíclica papal Laudato Si', para concientizar sobre el derretimiento de los polos por el cambio climático.
Al llegar al punto más boreal del globo, el grupo se propone llamar la atención sobre esa urgencia medioambiental como una de las amenazas que determinan la "seguridad humana". Este último concepto, acuñado por la ONU, que incluye de manera enfática los efectos sobre el hábitat como parte gravitante en la integridad de los individuos, es el eje de acción de la Fundación Criteria, la ONG impulsora de la gesta polar.
En poco más de 48 horas, la primera expedición argentina al Polo Norte (PEPN) emprenderá sobre esquíes, empujando trineos y con temperaturas de -25°C, una travesía de 120 kilómetros por el casquete polar, hasta alcanzar la latitud de 90°00''N. Se trata de la primera misión de carácter nacional, luego de que el 10 de abril de 2013 otro argentino, el andinista Juan Benegas, completó la misma hazaña en siete días junto a cinco expedicionarios rusos.
Pasado mañana, ocho de los nueve expedicionarios partirán cerca del mediodía desde Barneo, la estación rusa transitoria, montada durante dos meses sobre la masa polar derivante, a dos grados del Polo Norte y administrada por el Instituto Ártico-Antártico ruso.
El noveno expedicionario permanecerá en Barneo para servir de enlace y coordinar eventuales salvatajes. Unir los 120 kilómetros de travesía "buscando en el terreno la ruta más directa y segura" les demandará entre una semana y 10 días de caminata y acampe polar, en la que avanzarán a razón de 10 a 15 kilómetros diarios. Arrastrarán 50 kilos de peso cada uno y cuando el suelo se vuelva líquido, por "ríos o lagunas de mar" los trineos de fibra de vidrio actuarán como canoas y los esquíes, como remos.
Según contaron los expedicionarios a LA NACION antes de emprender la aventura, que partió de Buenos Aires el 28 de marzo pasado, el ritmo de la patrulla está condicionado por el viento y el frío junto al movimiento de las corrientes marinas y la deriva de los hielos, que pueden achicar o alargar las distancias. Puede suceder que un día la masa polar derive hacia el Sur, y que otro día lo haga en sentido opuesto, lo cual vuelve imposible establecer el tiempo de la travesía, explican.
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