Ruralistas contra la 'demonización' de agroquímicos



Ruralistas reprochan la 'demonización' de los agroquímicos

Fecha de Publicación
: 24/11/2014
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Córdoba


En un encuentro organizado por el Ministerio de Agricultura provincial, especialistas replicaron informes sobre la relación entre fumigaciones y salud. El control, clave para evitar problemas.
Juárez Celman. El debate abierto en torno al impacto del uso de agroquímicos en la salud humana ha cobrado especial notoriedad en Córdoba. Sobre todo, con la aparición de informes que apuntan a una mayor tasa de cáncer en las regiones de más actividad agrícola y a un relevamiento preliminar de un grupo de médicos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) sobre casos en la localidad de Monte Maíz, en el sudeste provincial.
En ese marco, el sector ligado a la producción rural no se había pronunciado orgánicamente sobre ambas cuestiones.
Pero el pasado jueves, una jornada sobre aplicación de agroquímicos organizadas por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba en Juárez Celman fue el escenario para evidenciar esos planteos.
El evento tenía por finalidad explicar a autoridades municipales, productores, entidades rurales y comunicadores información técnica y científica respecto de las “buenas prácticas agrícolas”. Aunque se transformó en un ámbito para que el sector agropecuario se mostrara contrariado ante la difusión de datos que, según considera, carecen de rigor científico y potencian el enfrentamiento entre lo urbano y lo rural.
De hecho, la molestia de algunos profesionales y funcionarios fue indisimulable y la crítica hacia los medios de comunicación no se hizo esperar. Especialmente, por la difusión de un informe preliminar sobre casos de cáncer en Monte Maíz, en el que trabajaron docentes y estudiantes de la UNC.
“No somos envenenadores, ni asesinos”, se repitió durante todo el encuentro. Claramente lo expresó el ingeniero agrónomo Daniel Igarzábal, uno de los moderadores del panel de salud, toxicología y oncología: “Cuando alguien instala una primicia, después hay que probar lo contrario. Y ellos (por algunos ambientalistas) pegaron primero y lo hicieron con la salud y, específicamente, con el cáncer”.
Pero la jornada sirvió, más allá del enojo, para discutir problemáticas puntuales de la actividad productiva en relación a los agroquímicos.
Por ejemplo, precisar la deriva (el alcance) de las aplicaciones terrestre y aéreas, la existencia o no de intoxicaciones crónicas por la exposición a productos químicos y la necesidad de ajustar las ordenanzas municipales a la ley provincial, entre otros.

Demostraciones
Una demostración de campo sobre aplicaciones aéreas y terrestres se hizo, utilizando tarjetas hidrosensibles que luego fueron analizadas con escáneres y lupas especiales. Los técnicos mostraron que la deriva de productos químicos pulverizados nunca supera los 40 metros para el caso de las aéreas y que casi no hay deriva, salvo debajo del paso de la máquina, en las aplicaciones terrestres.
Para la experiencia se cargó una avioneta y un “mosquito” terrestre con agua y fue monitoreada por periodistas, funcionarios y autoridades municipales que fueron haciendo la lectura de las tarjetas que se colocaron a distancias regulares hasta llegar a los mil metros del lugar de la aplicación.
De todos modos, el ingeniero agrónomo Rubén Massaro aclaró que esas mediciones variarían sustancialmente si se utilizaran plaguicidas volátiles. Su sugerencia fue que en las ordenanzas municipales debería restringirse el uso de esos productos, alejando su aplicación de las zonas urbanas. Ese aspecto no lo contempla la ley provincial ni la mayoría de las normativas locales. De hecho, sugirió que a ese tipo de herbicidas habría que reemplazarlos.

La clave
Los agrónomos Alberto Etienot, Daniel Igarzábal y Rubén Massaro pusieron énfasis en la necesidad de acentuar controles sobre el modo en que se aplican los agroquímicos para tranquilidad a las comunidades.
“Está muy bien que haya una ley macro, pero el que tiene que aplicarla es el gobierno local, el municipal, que sabe las características de su comunidad. Y para disminuir riesgos es necesario que se incorporen más cuestiones técnicas en las normas que hoy están faltando”, opinó Massaro.
Para Etienot, otra clave es la capacitación de los aplicadores para que se cumpla el criterio de que se puede pulverizar en determinadas condiciones de clima, con determinada calibración de la maquinaria y con un tamaño de gota adecuado.
Luego, cuestionó la falta de rigor con que muchos hablan de riesgo de intoxicación crónica (a largo plazo) por agroquímicos: “No nos dejemos subyugar con la idea de la toxicidad crónica porque lo que importa es la duración del contacto con el agroquímico”, dijo. La referencia es a que nadie recibe un contacto diario porque no se aplican todos los días, sino sólo algunas veces al año.

Experiencias
Con controles. Más allá de la ley provincial de agroquímicos, hay municipios y comunas sin voluntad o sin capacidad de controlar su cumplimiento, respecto de las controvertidas fumigaciones sobre campos pegados a áreas urbanas. Los intendentes de Colonia Almada, Corralito, Tancacha y Monte Cristo fueron encargados de informar cómo lograron frenar los enfrentamientos entre productores agropecuarios y vecinos, a través de sencillos métodos de control. En esos casos, cuentan con una estación meteorológica móvil a la que el vecino puede acceder desde una computadora y saber si las condiciones de viento, temperatura y humedad son las adecuadas para realizar una pulverización.
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