El desmonte y las represas el motivo de la creciente



Alerta por la crecida que avanza aguas abajo

Fecha de Publicación
: 12/06/2014
Fuente: Página/12
Provincia/Región: Litoral


El descenso del Iguazú permitió habilitar casi todos los paseos de las cataratas, aunque varias localidades de Misiones seguían aisladas por cortes en la ruta 12. Operativos preventivos en Chaco, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe. Ayuda del gobierno nacional.
La crecida que experimentó el río Iguazú en Misiones comenzó a trasladarse al río Paraná. Su altura alcanzó ayer los 10,30 metros en el puerto de Posadas y los 4,2 en Ituzaingó, Corrientes. En la ciudad de Santa Fe, el Centro de Informaciones Hidrométricas de la Universidad del Litoral informó que el río creció hasta los 4,18 metros, por lo que el gobierno local declaró la emergencia hídrica. Aunque el nivel del Iguazú comenzó a descender, aliviando la descarga en el Paraná, las autoridades de Chaco, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe implementaron operativos preventivos, en los que 24 familias correntinas fueron evacuadas y se hará lo mismo con otras 500 chaqueñas. El gobierno nacional se puso a disposición de los gobiernos provinciales y municipales afectados.
La Entidad Binacional Yacyretá (EBY) informó que el caudal del río Iguazú comenzó a descender en forma rápida. El organismo explicó que el río alcanzó el pico de creciente alrededor de las 3 de la mañana del martes con 38,60 metros, pero ayer descendió a 27,40. La tendencia indica que seguiría bajando porque mermaron las lluvias en el sur de Brasil.
El caudal del río Iguazú, en la provincia de Misiones, “ha comenzado la etapa de descenso”, aunque varias localidades del interior provincial continuaban aisladas ayer por la crecida del río Paraná y de varios arroyos, que producen cortes de los puentes, informó la Prefectura Naval Argentina (PNA).
El prefecto principal Julio César Mustafá, jefe de la delegación Posadas de la Prefectura nacional, sostuvo que “ha comenzado la etapa de descenso del caudal del río Iguazú y se espera que en las próximas 48 horas ese descenso llegue a la cuenca del Paraná”, que por ahora sigue creciendo pero en forma “moderada”.
En Misiones, el descenso del nivel del Iguazú permitió habilitar ayer casi todos los paseos del Parque Nacional Iguazú, donde se encuentran las cataratas, aunque permanecía cerrado el acceso a la Garganta del Diablo.
Mientras tanto, las localidades de Montecarlo, Piray, Caraguatay y Puerto Rico, en el interior de la provincia, continuaban aisladas debido al corte de la ruta nacional 12 por el embalsado de los arroyos Paranaí Guazú y Piray Guazú, que conectan con el río Paraná.
En ese marco, el intendente de la ciudad de Santa Fe, José Corral, declaró la emergencia hídrica, para tomar medidas preventivas que incluirán la realización de un censo de las familias que vivan en zona de riesgo y la instalación de módulos habitacionales para alojar a posibles evacuados.
El director de Gestión de Riesgos Comunal, Eduardo Aguirre Madariaga, expresó que “el pico de la crecida estaría llegando cerca del 25 del corriente mes” a la capital santafesina. Por su parte, el ingeniero del Instituto Nacional del Agua, Luis Lenzi, aseguró que el río crecería “en el orden de los seis metros en el puerto de Santa Fe”.
Los gobiernos de Chaco y Corrientes también activaron sus protocolos de prevención ante la inminente creciente del Paraná, ya que los pronósticos coincidían en que este fin de semana se registraría el pico de altura en sus ciudades ribereñas.
El gobierno de Corrientes advirtió sobre un panorama “poco alentador”, donde 24 familias ya fueron evacuadas en la isla de Apipé, en cercanías de la represa de Yacyretá. En este sentido, las localidades más complicadas son Ituzaingó, Itatí, Paso de la Patria y la ciudad de Corrientes.
En la localidad de Barranqueras, al sudeste de Chaco, se estima que un total de 500 familias, unas 3 mil personas, deberán ser evacuadas antes de que llegue el pico de la crecida. Los funcionarios calculan que el Paraná alcanzará un pico máximo de 8 metros de profundidad el próximo domingo.
Ante el alerta por la crecida del río, en Entre Ríos se espera que el pico llegue en aproximadamente 10 a 15 días. En la ciudad de Paraná, la Dirección de Hidráulica provincial estimó que el río alcanzará en las próximas horas los 5,90 metros de profundidad, casi 2 metros más de la altura que tuvo ayer.
En tanto, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó anoche que se pusieron a disposición de los territorios afectados las fuerzas de seguridad nacionales y anticipó que el lunes podría realizarse una reunión del Comité de Emergencia para establecer protocolos de evacuación y garantizar su asistencia.

Origen del fenómeno

El desmonte en la selva Paranaense y las represas en Brasil son los dos factores que señalan organizaciones sociales, investigadores y hasta Parques Nacionales para explicar la crecida en el río Iguazú y sus consecuencias. “Vemos a funcionarios y medios de comunicación hablando de la cantidad de agua que baja de Brasil, de los daños en las pasarelas de las cataratas, pero lo más grave es la deforestación en las cuencas superiores, las hidroeléctricas y cómo se perjudica a quienes menos tienen”, afirmó Rulo Bregagnolo, activista socioambiental misionero e integrante de la Mesa Provincial No a las Represas.
La explicación mayoritaria fue la responsabilidad de la naturaleza, expresada en las lluvias en Brasil. Marcelo Giraud es geógrafo, docente de la Universidad Nacional de Cuyo e integrante de la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza. Giraud está atento a lo que se suele llamar “desastres naturales” y maneja estadísticas, estudios y una base de datos que suele explicar el factor humano en cada desastre.
“La imagen satelital de 2013 de la cuenca del Iguazú muestra claramente cómo casi toda la cuenca en Brasil ya está deforestada. Cambiaron los cultivos tradicionales por soja. Las lluvias caen sobre un suelo con escasa cubierta vegetal, lo cual lo hace muy propenso a la erosión. Esta situación es una de las causas de que ante lluvias no tan extraordinarias, sea record el tiempo en que el agua precipitada llega al río, provocando esta crecida histórica”, explicó el geógrafo.
Federico Soria, técnico en Conservación de la Naturaleza e integrante de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC), consideró que “la lluvia no fue muy diferente de otro años. De lo que no se habla es del desastre ecológico que representa la deforestación casi completa de la cuenca y de las megarrepresas (hay cinco aguas arriba y una más proyectada). La cuenca no puede retener el agua, tal como lo hacía naturalmente cuando existía la selva, y por eso baja rauda, siendo imposible que las represas la puedan retener”, aseguró y destacó la ruptura de la represa en construcción Baixo Iguazú, a pocos kilómetros de Misiones. “La ruptura fue un error humano y el agua corrió con enorme fuerza. Será la sexta represa en el cauce del río”, señaló Soria.
Giraud confirmó la ruptura de la hidroeléctrica y detalló que las represas de aguas arriba abrieron de manera repentina las compuertas. “La población ribereña, y no los capitalistas dueños de la represa, sufrió las graves consecuencias. Y a lo largo del curso del Paraná veremos las consecuencias en los próximos días”, remarcó.
Claudio Altamirano, responsable de prensa del Parque Nacional Iguazú, explicó a una radio misionera que el Iguazú nace a 800 kilómetros de las cataratas y sostuvo que las “las hidroeléctricas manejan el grifo, creo que hasta ellos se vieron sorprendidos por la cantidad de agua y decidieron abrir las compuertas. En una semana veremos la consecuencia que generó esta crecida”. El director regional de Parques Nacionales, Andrés Bosso, confirmó que la deforestación es una de las causantes del fenómeno: “Tenemos apenas el ocho por ciento de la superficie originaria de selva, hemos destruido la forestación en un 92 por ciento de la superficie y lo estamos pagando de esta manera”.
Juan Yahdjian es médico, histórico activista socioambiental misionero e integra la Mesa Provincial No a las Represas. Reconoce que siempre hubo inundaciones, pero aclara que parte del agua que hoy fluye debiera quedarse en el subsuelo de Brasil, Argentina y Paraguay (en el acuífero). “Pero ya no existe la vía de recarga de napas y ríos subterráneos, el suelo esponjoso del monte se lo llevó la inconsciente topadora, manejada por inconscientes humanos y lo reemplazó por soja en Brasil y Paraguay y por pinos-eucaliptos en Misiones. Entonces el agua de lluvia se escurre”, detalla. Yahdjian recuerda que lo natural para la región es el monte y advierte que destruirlo tiene consecuencias: “El agua busca su cauce y frenarla tiene riesgos, lo estamos viviendo en estas horas. La naturaleza no se equivoca, avisa que estamos haciendo mal las cosas, que no pensamos en nosotros y menos en nuestros hijos”.
.

0 comentarios:

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs