Basura electrónica sin solución en Entre Ríos

Basura electrónica, un problema sin solución

Fecha de Publicación: 09/02/2012
Fuente: El Diario
Provincia/Región: Entre Ríos


Toneladas de computadoras, celulares, heladeras, televisores, se desechan cada año sin tratamiento. Metales pesados y gigantescos volúmenes de plástico van a parar al Volcadero sin gestión especial. Las alternativas.
El Volcadero municipal de Paraná es un enorme vertedero a cielo abierto en el oeste de la ciudad, que durante décadas fue recibiendo cientos de toneladas de desechos que la gente tira día a día al tacho de basura. Sin ningún tipo de separación en origen, ni alternativas de recuperación de materiales, todo va a parar al Volcadero sin distinción. Allí son los cirujas quienes remueven los desechos y hacen una tarea de clasificación informal entre vidrios, cartones, plásticos, que después venden a los acopiadores. Prenden fuego para ahuyentar las moscas y separar los metales, rescatan alimentos en mal estado para sus caballos y sus chanchos.
Desde hace más o menos una década al Volcadero empezaron a llegar cada vez más objetos electrónicos de desecho, en consonancia con la explosión de la industria y la venta de computadoras y celulares. De pronto de llegar electrodomésticos aislados –heladeras, cocinas- fue cada vez mayor la cantidad de residuos electrónicos. Hoy el problema es gigantesco, porque la basura va creciendo al ritmo de las ventas. Una computadora portátil se recambia antes de los cinco años de uso, y una de escritorio antes de los siete. El ritmo de recambio de celulares es mucho mayor.
Hoy lo que se rompe o se desecha va a parar al vertedero. Una computadora tiene alrededor de 50 sustancias contaminantes en su interior, entre ellas mercurio, plomo, cadmio. Las baterías recargables de las notebook y de los celulares son los elementos más contaminantes de los equipos. Estas sustancias van a parar a la tierra y al agua y provocan enfermedades graves, entre ellas cáncer. Hasta ahora los esfuerzos para revertir la situación son aislados. No hay política de Estado y los proyectos de ley duermen en el Congreso.
Ideas. En 2010, desde el Concejo Deliberante, el ex concejal Horacio Piceda presentó un proyecto sobre el tema e inclusive promovió reuniones con miembros de organizaciones no gubernamentales y de la Universidad para empezar a pensar modos de tratar esta basura. Pero este proyecto no prosperó. Paralelamente, en la Facultad de Ciencia y Técnica de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), un grupo de estudiantes bajo la dirección de la profesora María Emilia Llorente inició un proyecto de investigación sobre residuos electrónicos. Hoy este equipo está gestionando fondos para comenzar con acciones concretas. Han logrado instalar el tema, y empezar a crear conciencia sobre la existencia de este tipo de residuos y su especificidad.
El Estado municipal de Paraná ha prometido un tratamiento de estos desechos en conjunto con un cambio en la gestión de todos los residuos domiciliarios.
Mientras, hay paranaenses que siguen acumulando en sus casas aparatos rotos, sin decidirse a desecharlos sin tratamiento, y otros dejan en la vereda, sin remordimiento de conciencia, sus televisores viejos y sus impresoras obsoletas. Un dilema todavía sin solución.
Problema de todos. Daniel compró nuevos componentes para su computadora, y los antiguos, que por su tecnología ya no le satisfacían, se los dio a su hermana, para que recambie a su vez su ordenador de escritorio de más de una década. Ella desarmó, rearmó, y los elementos más antiguos se los pasó a las sobrinitas de su novio, que dentro de una carcasa desechada por otra familia, y con un monitor de los viejos, también donado, pudieron tener por primera vez su propia computadora. Este tipo de trabajo suelen hacer organizaciones solidarias en todo el país, desguazando y reparando aparatos electrónicos para dar talleres a chicos de bajos recursos, y para acercar tecnologías a grupos sociales que no pueden comprarlas. Pero son contadas estas instituciones en el país. Y tampoco hay gran cantidad de recicladores de residuos electrónicos. El resultado es que hoy –según datos de Greenpeace- se reciclan sólo entre el 2 y el 4% de todos los electrónicos que se botan a la basura. No hay redes de recicladores y tampoco hay una acción sistemática del Estado en ese tema, ni Nacional, ni provinciales, ni municipales. Se necesita logística, se necesitan herramientas, se necesita personal, y sobre todo, se necesitan fondos. No son proyectos baratos.
Hoy por hoy, casi la totalidad de las computadoras, los celulares, los televisores, las heladeras desechadas van a parar sin más a vertederos a cielo abierto –como el nuestro- o a rellenos sanitarios, sin rescatar elementos valiosos (oro, cobre) para la industria de los electrónicos ni tampoco componentes que podrían ser reutilizados para reparar aparatos rotos.
Los especialistas coinciden en que el problema de los electrónicos es de todos: de los vecinos que desechan, de quienes los fabrican y también del Estado. El desafío es aunar voluntades y coordinar acciones para que prospere un modelo de reciclado de estos artículos altamente contaminantes.

0 comentarios:

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs