Ex-Botnia: particular protesta y comité científico

Los asambleístas de Gualeguaychú volvieron con una insólita protesta

Fecha de Publicación: 25/07/2011
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Entre Ríos - Nacional



Los activistas entrerrianos quemaron un cargamento de pasta de celulosa que una empresa de esa ciudad compró en la terminal de UPM (ex Botnia).
Asambleístas de Gualeguaychú quemaron y enterraron ayer pasta de celulosa que una empresa local le había comprado a Botnia-UPM, en el marco de una acción de fuerte contenido simbólico para sostener su protesta contra la instalación inconsulta de la fábrica de papel sobre el río Uruguay.
Unos treinta manifestantes participaron de la quema con la pasta que había adquirido la empresa Walker, que produce cosmética para automotores en el Parque Industrial Gualeguaychú.
La compra de la pasta de celulosa a Botnia-UPM, pastera finlandesa ubicada en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, generó una fuerte reacción dela Asamblea.
La empresa argentina Sommer S.A. que había importado la celulosa desde Botnia para entregarla a Walker, pidió disculpas públicamente y prometió no volver a realizar operaciones comerciales con la cuestionada pastera finlandesa.
A Botnia-UPM le habían comprado 6.050 kilos de pulpa de celulosa por un valor de 4547.25 dólares.
Los asambleístas y personal de la empresa Higiene Urbana quemaron la pasta en el predio destinado a la disposición final de basura de Gualeguaychú, y luego la enterraron.
El asambleísta Roberto Marchesini dijo que "con esta acción queremos demostrarle al gobierno nacional de Cristina Fernández que esta causa no está terminada, que Botnia sigue funcionando y por lo tanto sigue contaminando".

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El comité científico ingresa a Botnia por segunda vez por el monitoreo

Fecha de Publicación: 25/07/2011
Fuente: Diario El Argentino
Provincia/Región: Entre Ríos - Nacional


Por segunda vez de manera oficial, el comité científico que reporta a la Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru) ingresará a Botnia en el marco del monitoreo ambiental que ordenó realizar la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El ingreso a la planta de Fray Bentos está previsto alrededor de las 10 y se estima que trabajarán aproximadamente durante nueve-diez horas. Este ingreso no es sorpresivo, dado que la Dirección Nacional de Medio Ambiente del Uruguay (Dinama) por el momento se niega a que las muestras se tomen de manera sorpresiva o espontánea, actitud que vulnera el concepto mismo de inspección. El martes, el presidente de la Caru, embajador Hernán Orduna, ofreció una conferencia de prensa en la ciudad, donde reconoció que este procedimiento no se ajusta a las mejores prácticas e incluso dijo que cada vez que el Comité Científico quiere ingresar a la planta de Botnia, hay que avisar a la Dinama y así se pierde el efecto sorpresa de toda inspección, “tal como se hace en Argentina”. No obstante, recordó que ese fue el acuerdo presidencial, aunque “estimó “que tal vez en un futuro haya que mejorar ese procedimiento”. No obstante, mañana el Comité Científico realizará también la toma de muestras en la desembocadura del río Gualeguaychú con el Uruguay. La otra expectativa se centra en que esta semana se debería conocer el informe completo de los análisis remitidos a los laboratorios canadienses, correspondientes a las primeras muestras que se tomaron en junio. Respecto a esto, Orduna recordó que es orden de la presidenta Cristina Kirchner “que todo se sepa y todo se difunda” e informó que por eso ya se remitió a los intendentes de Gualeguaychú y de Fray Bentos un pedido de autorización para instalar pantallas en lugares públicos que darán información sobre los análisis las 24 horas. Por otra parte, reconoció que Uruguay todavía adeuda el aporte económico comprometido para el monitoreo, de 300 mil dólares para los trabajos específicos, más otros 200 mil dólares que anualmente cada Estado se compromete a aportar a la Caru y esos aportes son considerados esenciales para darle continuidad al monitoreo. Desde Argentina, el comité científico ha cuestionado que el gobierno uruguayo haya resuelto permitir que el río Uruguay llegue a una temperatura de 35 grados (48 horas antes de iniciar el monitoreo como tal), que la planta de Botnia-UPM devuelve tras su producción contaminante. Tirar agua al río a temperatura mayor a 30 grados ya es contaminación, sostienen los más elementales manuales ambientales del mundo, máxime teniendo en cuenta que las temperaturas normales (promedio) en invierno son de 9 grados y de 24 grados en verano.

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