Problema crónico: ¿dónde ponemos la basura?

Un problema crónico y un dilema sin respuesta: ¿dónde ponemos la basura?

Fecha de Publicación: 20/10/2010
Fuente: El Día
Provincia/Región: Capital - Buenos Aires


El paro que cumplieron los trabajadores de la Ceamse registra, sin duda, contaminaciones políticas, que incluyen la gravitación directa de Hugo Moyano en las decisiones del gremio de ese personal; y tiene que ver también con intereses corporativos que apuntan a que el actual sistema de disposición final de los residuos (desarrollado por un ente estatal del que participan los gobiernos bonaerense, porteño y de los municipios del Conurbano y de nuestra región, a través de representantes políticos) no sea reemplazado por sistemas operados por el sector privado (ver pág. 10). Pero el conflicto se desarrolla sobre una problemática crónica, compleja y que, a juzgar por lo que viene ocurriendo desde hace años, parece atorada en un callejón sin salida.
El sistema de enterramiento de la basura ideado hace 30 años para una región que hoy tiene unos 15 millones de habitantes registró su primer colapso hace seis años, cuando hubo que cerrar el relleno de Villa Domínico, en Avellaneda, porque la contaminación se había tornado insostenible.
El área produce actualmente 15 mil toneladas diarias de residuos, un volumen que, lejos de ir descendiendo mediante prometidos mecanismos de separación y reciclado, viene en constante aumento. Todo ese caudal de basura se vuelca en tres predios de la Ceamse: uno en José L. Suárez, que recibe 12.400 toneladas de la capital federal (5.000 tn) y el norte-oeste del Conurbano; otro en González Catán (La Matanza), para el sur del Conurbano (1.400 toneladas); y el de Punta Lara, para nuestra región (700 toneladas).
Pero los rellenos de Catán y Punta Lara ya colapsaron hace más de dos años; tanto que sobre el de nuestra región pesa una orden de cierre de la Suprema Corte y el de La Matanza también está bajo intimación judicial de clausura. Y los especialistas dicen que falta muy poco para que el de zona norte también se sature.
El tema es que, aunque hace más de una década que se conocía esta problemática, desde los gobiernos nada se ha hecho para superarla. Y la gente también juega un rol clave. Hace cinco años se dictó una ley provincial que apunta a mantener el sistema de enterramiento y a abrir nuevos rellenos para ir cerrando los actuales. Pero los pocos intentos que hubo de definir localizaciones de esos predios -como una zona de Brandsen- se encontraron con durísimas protestas de rechazo de los vecinos.
Así, la cantidad de basura producida crece cada día; no parece haber lugar alguno donde la gente no vaya a rechazar un relleno; y el gobierno se muestra totalmente paralizado, sin atinar a definir nuevos sistemas -la decisión de las comunas de nuestra región de crear un sistema sin enterramiento es una saludable excepción- y sin saber dónde poner la basura.

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