La contaminación y sus víctimas

La contaminación y sus víctimas

Fecha de Publicación: 24/07/2009
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional



Pese a la información que se posee, los focos contaminantes siguen creciendo y nuestra población los sufre
Mucho se sabe desde hace tiempo acerca de la contaminación ambiental. También son conocidos los lugares del país donde es más intensa y quiénes son sus víctimas. Tampoco se ignora lo que debería hacerse para evitar la continuidad de ese perjuicio que enferma y mata a la población, especialmente a la que se encuentra en etapas más vulnerables: la infancia y la adolescencia. No obstante, a pesar de la información que se posee de la existencia de organismos de distinta jerarquía cuya función es evitar que el mal prospere, la triste verdad es que la contaminación crece y la población sigue sufriendo el deterioro.
El aire sufre el impacto de las emisiones de dióxido de carbono resultantes de la combustión de los hidrocarburos empleados en las industrias o los medios de transporte y de otros gases como el óxido de nitrógeno o el dióxido de azufre, todo lo cual afecta las vías respiratorias. El agua se ha convertido en vertedero de residuos, y en el curso de ríos o arroyos se vuelcan sustancias que contienen nitratos que se descomponen y concluyen siendo sustancias cancerígenas. Ello contribuye a que, además, sea imposible contar con agua potable. Por su parte, la presencia en el suelo de metales pesados, como ocurre cerca de ciertas plantas industriales, permite que el plomo u otros metales que intoxican el ambiente en finísimo polvo, sea llevado por el viento y respirado. De ese modo se provocan severos males que dañan tanto vísceras como el funcionamiento orgánico.
Estos enunciados, aplicables a nuestro medio, han sido confirmados por distintas fuentes de una manera categórica. Así, la Organización Mundial de la Salud ha considerado que un ambiente tan contaminado, como el que se vive en la cuenca del Matanza, del Riachuelo o del río Reconquista, puede ser causante del 24 por ciento de las enfermedades, que pueden llegar a ser mortales cuando afectan a menores entre 0 y 14 años; el riesgo es todavía mayor para los menores de 5 años.
La Defensoría del Pueblo de la Nación presentó un Atlas del Riesgo Ambiental de la Niñez Argentina en cuya conclusión se señala que cerca del 50 por ciento de los menores de 18 años, sobre un total de 12 millones, viven en zonas vulnerables sin que se observen políticas destinadas a encarar la contaminación ambiental que amenaza a tantos menores. Por último, la directora de la subcomisión de Salud Infantil y Ambiente de la Sociedad Argentina de Pediatría, doctora María Inés Lutz, ha indicado la presencia de factores de riesgo en otras regiones del país. Para cerrar estas referencias, habría que asomarse a un barrio de La Matanza, denominado "Nicole" (en razón de que no tenía ni colegio ni colectivo) y en cuyo espacio se da una crítica abundancia de elementos contaminantes, que intoxican el aire, el agua y el suelo.
Los males que aquejan a los lugares citados son tanto o más graves que una epidemia, si se tiene en cuenta la cantidad de niños en riesgo. Es indispensable, entonces, que se comience a obrar de una vez seria y efectivamente, con la continuidad necesaria, para remediar tanto daño ambiental y humano.

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