Picolotti: “Se dijeron muchas mentiras”

“Se dijeron muchas mentiras”

Fecha de Publicación: 09/02/2009
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Nacional


En su primera entrevista tras la salida del Gobierno, la ambientalista negó las críticas en su contra y dijo que la causa de su renuncia fue que “se cumplió un ciclo”. Con respecto a las papeleras, aseguró que “el estoicismo de la gente de Gualeguaychú es admirable”.
Asumió su cargo como secretaria de Ambiente el 27 de junio de 2006, convocada por el entonces presidente, Néstor Kirchner, luego de asesorar a la Cancillería en el conflicto con Uruguay por la instalación de la pastera Botnia.
Dejó su puesto en diciembre de 2008, en medio de críticas y denuncias que motivaron una investigación penal.
Se llama Romina Picolotti, es abogada, cordobesa y comenzó a hacerse conocida como especialista en ecología tras fundar el Cedha (Centro de Derechos Humanos y Ambiente), con sede en Córdoba, y cuyo director actual es su esposo, Jorge Daniel Taillant. Accedió a la primera entrevista tras su salida del gobierno con la condición de que se realizara por correo electrónico.
"Mi salida fue reflejada de un modo erróneo por algunos medios. Simplemente se cumplió un ciclo", señaló, e insistió con tratar sólo temas ambientales.

–¿Aún puede tener consecuencias para la salud de los argentinos la papelera Botnia? ¿Cree que Uruguay debería reubicar la planta? ¿Cómo se debería llevar adelante esa pelea?
–Argentina y Uruguay somos dos países hermanos y Botnia es una empresa finlandesa. Cuando uno comparte un recurso hídrico de la importancia del río Uruguay, se debe consensuar su utilización porque la irresponsabilidad ambiental puede ocasionar daños para todas las partes. Es esto lo que establece el Estatuto del Río Uruguay. El estoicismo de la gente de Gualeguaychú es admirable. Botnia tiene y tendrá consecuencias ambientales, es inevitable, es una de las fábricas de celulosa más grandes del mundo instalada en un lugar donde no hay industrias radicadas. Permanecerá allí operando en principio por los próximos 40 años. Desde la Secretaria desarrollamos y pusimos en marcha un plan de vigilancia ambiental. Desde Cancillería se llevó el caso ante la Corte de la Haya. Considero que el gobierno asumió su responsabilidad.

–¿Le parece suficiente una ley como la 25.675 (Ley de Ambiente) para proteger los glaciares argentinos? ¿Qué riesgo se corre por no tener una ley de protección de los glaciares como la que aprobó el Congreso y vetó el Ejecutivo?
–La Ley 25.675 es una ley de vanguardia, pero es una ley general. Nos permitió reglamentar el Seguro Ambiental que hoy sea obligatorio para determinadas industrias que son consideradas altamente riesgosas. Es una ley muy buena y con un gran potencial. En los últimos dos años impulsamos más de 20 leyes. Entre ellas educación ambiental, la ley de pilas, evaluación de impacto ambiental y glaciares. Si las impulsamos fue porque consideramos que era importante contar con un marco jurídico específico que coadyuvara a una mejor protección. El mismo veto fue bastante claro sobre cuáles fueron las razones.

–¿Qué tan preocupante es el desmonte por la sojización en Argentina?
–El rol del Estado, en cualquier actividad de la economía, es velar para que la misma contribuya al desarrollo sostenible. Desde la Secretaría de Ambiente calculamos el pasivo ambiental de este monocultivo. Las principales consecuencias en nuestro país son: desertificación, contaminación de aguas superficiales, incremento de las emisiones de GEIs (gases de efecto invernadero), pérdida de nuestro bosque nativo y expulsión de determinados habitantes de la tierra hacia los cinturones de pobreza urbanos. Solamente la campana de soja 2007/2008 motivó 170 mil hectáreas de deforestación, es decir que en un año perdimos 170 mil hectáreas de bosques para sembrar soja. Esto implicó una perdida para el país en servicios ambientales equivalente a U$S 658.920.000. Y en suelo perdimos el equivalente a U$S 1.136.573.820. Esta pérdida se debe fundamentalmente a erosión y exportación de nutrientes. Sin hablar de los casi 200 millones de litros de glifosato o los 55.000.000.000 m3 de agua que se precisaron. No se trata de tomar posiciones extremas ni antagónicas, sino de contribuir entre todos a construir un país social y ambientalmente más justo.

–¿Por qué es tan complicado reglamentar la ley de bosques?
–Uno de los éxitos de la gestión fue la aprobación de esa ley. Fue un debate rico y arduo. Hoy la Argentina cuenta con una ley modelo en el mundo, que establece un fondo de compensación económica por la no tala de bosque nativo. Desde la Secretaría trabajamos junto a la sociedad civil por esta ley y la logramos. Avanzamos en los primeros pasos de su aplicación, declaramos una prohibición absoluta en las autorizaciones de desmontes hasta tanto se termine y apruebe los ordenamientos de las provincias y financiamos la elaboración de estos ordenamientos. Logramos bajar considerablemente la tasa de desmontes. El desafío ahora es la conformación y distribución del fondo.

En Córdoba

–¿Por qué recién ahora tomó estado público nacional el problema de la contaminación en poblaciones urbanas a partir de Ituzaingó Anexo?
–Estos casos son la consecuencia lamentable de la falta de política ambiental y la desidia absoluta frente a las repercusiones de determinadas decisiones que no valoran el estado del ambiente. Nosotros desde el Cedha bregamos incansablemente por la necesidad de incluir a la preservación del ambiente en las políticas públicas. Desde que comenzamos hace más de 10 años noto que la sociedad está más alerta, la prensa toma estos temas como noticia y los gobiernos comienzan a institucionalizar el área ambiental. Creamos el primer cuerpo de inspectores ambientales a nivel federal, las fiscalías federales para la investigación de delitos ambientales, un cuerpo de capacitadores para funcionarios públicos, etcétera. Cuando asumí en la Secretaria la oficina de infracciones ambientales era una habitación de 2x2 con una computadora y tres inspectores. Hoy el área de inspección de industrias cuenta con 273 personas, un equipo interdisciplinario. Sólo en 2008 realizamos 8.707 inspecciones.

–¿Estamos más expuestos de lo que creemos a factores contaminantes?
–No podemos escindirnos del planeta en el que habitamos.El principal factor contaminante al que estamos expuestos es una gran confusión colectiva sobre nuestra escala de valores como sociedad. Veneramos el dinero, el consumo es el dios actual. Creo profundamente en la capacidad del ser humano de reflexionar sobre sus valores. Quizás algunas señales de nuestra propia "madre naturaleza" nos ayude.

–¿Y el lago San Roque?
–A la obra de aireadores la hicimos desde la Secretaria de Ambiente, se hicieron las plantas de tratamiento en el valle de Punilla incluyendo Carlos Paz, y se comenzó con la construcción de redes de cloacas. Las condiciones están dadas para su saneamiento.

–¿Por qué es tan difícil limpiar el Riachuelo?
–La primera vez que la Corte Suprema sentenció sobre la limpieza del Riachuelo fue en 1871. El presidente Sarmiento lo consideró una de sus prioridades. El Riachuelo se viene contaminando sin descanso durante más de 150 años. Cuando asumí en la Secretaria no había ninguna gestión de saneamiento por parte del gobierno federal. En la Cuenca Matanza Riachuelo habitan aproximadamente 7.000.000 de personas, el 35 por ciento tiene necesidades básicas insatisfechas. Es el problema socio ambiental más importante y urgente de la Argentina. Elaboramos un plan de saneamiento para los próximos 20 años, con objetivos, acciones y plazos. En estos dos años hicimos cloacas, redes de agua, obras para prevenir inundaciones, limpiamos basurales a cielo abierto, registramos e inspeccionamos todas las industrias... Para lograr su saneamiento simplemente hay que seguir trabajando en la línea trazada, con un gran compromiso de los gobiernos y también de la población.

La política

–¿Cómo fue la experiencia de tener, de repente, una responsabilidad política de tal magnitud?
–Todos aquellos que podamos aportar a la construcción de un país mejor tenemos la obligación de hacerlo. Este deber se agrava cuando uno es graduado de la universidad pública. Para mí fue una gran sorpresa pues yo no provenía de la política. Mi compromiso fue colaborar, y eso fue lo que hicimos, con aciertos y errores. Aprendí sobre todo a respetar más a las personas abocadas a la defensa del interés publico, hay gente muy buena fuera y dentro del gobierno.

–¿Que opina de su salida del gobierno?
–Se dijeron muchas mentiras: que yo había contratado a cientos de amigos y parientes. No contrate a ningún amigo, sólo llevé al gobierno seis personas de mi extrema confianza, totalmente idóneas, honestas, trabajadoras y comprometidas con la preservación del planeta. Era mi equipo primario de trabajo, sólo contraté a un pariente que trabaja conmigo hace años y con quien fundé Cedha. También se aludió a dinero que yo había transferido a Córdoba. Por supuesto que trabajamos intensamente con Córdoba. ¿Cómo voy a desconocer mi lugar de origen? Trabajamos con varios municipios; también transferimos dinero al municipio de la ciudad de Córdoba para la limpieza de basurales y la recuperación del parque Sarmiento. Los basurales se limpiaron. Sin embargo, a las tareas de recuperación del parque el municipio no las inició, por lo tanto solicitamos que se nos devolviera el dinero. Yo misma vine a cerciorarme de ello. Así fue: el municipio nos devolvió cada centavo que no se utilizó, como corresponde. También se dijo que Cedha recibió financiamiento de la Secretaria. Jamás recibió financiamiento alguno.

–¿Qué proyectos piensa encarar a partir de ahora?
–Continuaré defendiendo el planeta en el marco de mis posibilidades. Es posible que retome la enseñanza en el exterior. Seguiré colaborando ad honorem con Cedha. Pero por sobre todo seré mamá. Han sido dos años y medio de una gran ausencia en casa.

–¿Está funcionando el sistema de Bonos de Carbono en Argentina? ¿Hay planes? ¿Cómo y qué se está haciendo? Además de Epec y Aceitera General Deheza, ¿hay otras entidades que los utilicen en Córdoba?
–En Argentina creamos el Fondo Argentino de Carbono que trabaja con más de 250 empresas en el país. Hay varias empresas aquí en Córdoba que lo han utilizado. El año pasado recibimos dos premios a nivel mundial por nuestra contribución en cambio climático. Logramos que todos los países del mundo aceptaran nuestra propuesta de acelerar la eliminación de los gases HCFC que implica extraer de la atmósfera de 3 a 5 veces lo que hubiera logrado Kioto si todos los países cumplieran con sus obligaciones.

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