Ecosistema deseado por los constructores

Un paseo por la tierra que más desean los desarrollistas

Fecha de Publicación: 06/04/2008
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Córdoba


Las 15 mil hectáreas que el Tercer Cuerpo de Ejército posee al oeste de la Capital son un sorprendente muestrario de flora y fauna autóctona.
Un monte impenetrable, casi inalterado. Una vertiente que brota en las rocas convirtiéndose en una cascada, y que forma una laguna rodeada de juncos y hierbas. Aves, miles de ellas, cantando, volando, haciendo piruetas entre los frondosos y añejos algarrobos. Un cerro desde donde se puede apreciar, al oeste, la inmensidad del valle de Punilla, con las Altas Cumbres en su confín y herido de un azul profundo por el lago San Roque. Al este, la ciudad de Córdoba se desparrama en el llano. Al sur, interminables plantaciones de soja llegan hasta Alta Gracia; y al oeste, las Sierras Chicas, emprolijadas por la cubierta verde de la vegetación.
Lo más increíble es que ese sitio de ensueño se encuentre a sólo 20 minutos en automóvil desde el centro de la ciudad de Córdoba, hacia el oeste, entre la ruta E55 y la autopista a Villa Carlos Paz. Se trata de las 15 mil hectáreas que están bajo jurisdicción del Tercer Cuerpo de Ejército, y que poseen un valor incalculable.
Tal es ese valor, que el Ministerio de Defensa de la Nación y el comandante del Tercer Cuerpo de Ejército, Gustavo Schurlein, tuvieron que desmentir los cada vez más intensos rumores sobre la supuesta venta de esas tierras, que se encuentran rodeadas de numerosos countries y emprendimientos inmobiliarios. Incluso, fuentes militares responsabilizan a desarrollistas inmobiliarios como los impulsores de casi todas esas versiones.

Paso restringido
Esos terrenos están en poder del Ejército desde la década de 1940, cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón los expropió para que allí se pudieran realizar ejercicios militares. Justamente, esa es la razón por la que el Chaco o monte serrano se mantiene casi inalterado, convirtiéndose en un caso único en varios kilómetros a la redonda.
El ingreso al predio es restringido, ya que sigue siendo escenario de entrenamiento militar, donde se utilizan todo tipo de armas de fuego y artillería, por lo que la incursión de civiles supone de un riesgo por demás importante.
Invitada por la comandancia del Tercer Cuerpo, La Voz del Interior recorrió parte de los terrenos en un vehículo todo terreno del Ejército. El ingreso se realizó a la altura de Malagueño, a metros del predio donde funcionaba el centro de torturas de La Perla.
Un estrecho y destruido camino conducía por las laderas de los cerros. La primera parada se realizó a la altura de la Estancia Valdez, donde una llama traída desde el norte del país se acercó, curiosa, al fotógrafo. Mientras tanto, una martineta caminaba tranquila al costado del monte de espinillos, tuscas, piquillín, moradilla y plantas aromáticas tales como el poleo y la peperina.
Luego, el recorrido prosiguió por el camino al cerro Ochoa. En ese lugar, el monte es considerablemente más alto, compuesto por algarrobos, quebrachos, molles, cocos y talas. En la zona hay desparramadas una decena de casas, habitadas por los puesteros que trabajan para quienes arriendan las llanuras al Ejército, sembradas principalmente con soja.
Eso explica la presencia de ganado vacuno, ovejas, cabras y caballos en el sector. Esos animales conviven con la fauna autóctona compuesta por zorros, zorrinos, zorzales, jotes, pájaros carpinteros e iguanas, entre otros.
El recorrido siguió con el ascenso al cerro Mogote de los Congos, cuya cima se halla a 1.093 metros sobre el nivel del mar y está coronada por antenas de telefonía celular. Debido a la altura, la vegetación es sensiblemente más baja, compuesta principalmente por ejemplares de tusca, espinillo y piquillín. Lamentablemente, en algunos sectores se pueden apreciar las huellas de los incendios forestales ocurridos en los últimos años.
La última parte del recorrido fue en una excavación minera abandonada, en la que se formó una pequeña laguna de una belleza indescriptible.
Ya en la nota publicada el pasado 27 de febrero por este diario, urbanistas y funcionarios habían coincidido con la necesidad de preservar el lugar tal como está, y de hacerlo accesible a todos los cordobeses. Luego de recorrerlo, las razones ambientales y urbanísticas esgrimidas por los especialistas se vuelven una urgencia más concreta: las generaciones futuras no pueden perderse el último rastro de vegetación autóctona cercana a la ciudad de Córdoba.

El futuro, en debate
Organizado por la diputada nacional Norma Morandini, mañana a las 18, en el auditorio del Obispo Mercadillo, se realizará un foro de debate sobre el destino de las tierras que ocupa el Tercer Cuerpo.
Del foro participarán el comandante del Tercer Cuerpo, Gustavo Gabriel Schurlein; el director del Instituto Planificación Área Metropolitana de Córdoba, Guillermo Irós; el rector de la Universidad Católica de Córdoba, Rafael Velasco; el gerente de la Cámara Empresarial de Desarrollistas Urbanos de Córdoba, Carlos Lascano Pizarro; el viceintendente de la ciudad, Carlos Vicente; el intendente de Bialet Massé, Gustavo Pueyo; el docente universitario José María Retarolli y Atilio Palacios, representante de la Agrupación Escalera.
Morandini presentó en julio pasado un proyecto de resolución en la Cámara Baja para incluir esos predios como Espacio Natural de Interés para la Conservación de la Biodiversidad (Enic), una figura creada por la cartera de Defensa y la Administración Nacional de Parques Nacionales. El pedido se fundamenta en el hecho de que los terrenos que utilizan las Fuerzas Armadas conservan una importante biodiversidad.

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